8. Un cuerpo docente cualificado

    Quisiera comenzar señalando que, a mi parecer, la culpa de que nuestro sistema educativo no sea tan buen como podría no es del cuerpo docente. He vivido toda mi vida con una profesora y sé lo que es que alguien se desviva por sus alumnos/as. Pero por mucho que tengamos a los y las mejores profesores/as, si el sistema educativo no está del todo bien planteado, ellos y ellas no pueden hacer milagros. En este sentido, me mantengo escéptica ante el Libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar de José Antonio Marina. Es decir, me resulta incómodo, en cierto sentido, que el Gobierno encargue un libro dedicado al cuerpo docente cuando por el hecho de tener unos profesores de 10 no implica que la educación en nuestro país sea de 10. Al mismo tiempo, entiendo el punto de querer un libro blanco para los profesores y las profesoras y, por ello, me parece interesante que exista el ya citado documento de Marina. El cuerpo docente es una pieza fundamental en la educación, por lo que queremos que estén lo mejor formados posible.


    Si por mi fuese, y siguiendo al sabio Platón, el gobierno de la polis estaría en manos de los filósofos y las filósofas, porque creo eso implicaría una mejor educación. Los que estudiamos filosofía solemos creer que lo nuestro es lo mejor y que si nosotros gobernásemos todo iría mejor. Para que se entienda un poco la propuesta platónica que, entre broma y broma, digo seguir, dejo aquí este pequeño vídeo explicativo (vídeo que sé que algún futuro alumno/a mío utilizará para estudiar):



    Pero como el gobierno de los/las filósofos/as es algo que nunca ha ocurrido, me quedaré con las ganas de saber si un gobierno de filósofos/as implicaría un mejor sistema social y educativo. 
   El caso está en que, viviendo en la realidad en la que vivimos, deberíamos plantearnos qué podríamos hacer para que el cuerpo docente sea de calidad, aún siendo conscientes de que esto no es suficiente para solventar todos los problemas.
    Uno podría decir que lo que hace falta es pagar mejor a los profesores/as para que estos estén más motivamos. ¿Funcionaría esto realmente? Lo dudo, la verdad. Cierto es que el hecho de que lo dude no quita que crea que deba pagarse más al cuerpo docente, porque algo tan sencillo como que se lo merece por la labor que desempeña. Pero no creo que lo que necesite el personal docente para trabajar mejor sea más dinero. Los profesores y las profesoras suelen quejarse de cuestiones tan básicas como la falta de infraestructuras en ocasiones para trabajar o de material en las aulas. En ocasiones quisieran organizar actividades educativas que no son viables por falta de presupuesto. Se quejan de tener demasiados alumnos y alumnas en cada clase, algo que entorpece su labor y que a los propios estudiantes no hace bien porque su educación no puede personalizarse siempre todo lo que sería necesaria. El cuerpo docente a veces tiene que asumir labores de psicólogos, pedagogos u orientadores porque los que tienen en sus centros trabajan en otros tantos centros más y no dan a basto. Por esto y mucho más creo que una de las primeras cosas que se necesita es invertir más en educación para solventar problemas tan sencillos como estos. Para mejorar algunos aspectos de la educación no hace falta fórmulas mágicas, simplemente dinero. 


    Ciñéndonos propiamente a la cuestión de la cualificación, me parecen interesantes algunas de las propuestas de José Antonio Marina en su libro blanco. Me llama especialmente atención la propuesta décima, que dice que el cuerpo docente deberá ser evaluado periódica y sistemáticamente. Quizás incomode esta propuesta a algunos, pero creo que si queremos que los profesores y las profesoras estén en continua formación y, con ello, actualizados de las necesidades educativas del momento, es necesario que haya este tipo de evaluaciones. En relación a este tema, también creo que sería interesante dar consistencia teórica a toda la rama formativa de la carrera docente. Marina propone crear un Consejo Pedagógico del Estado que se encargue de diseñar los programas de formación de los Centros Superiores de Formación del Profesorado, que sería donde se impartan los másteres de profesores, directores o inspectores, así como los cursos de formación permanente. Además, propone un tercer órgano, los Centros educativos de excelencia, donde los profesores formándose podrían hacer sus prácticas.



(Actividad de análisis y reflexión nº. 7. Práctica 3)

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