15. O Pelouro: otra forma de educar

 



    O Pelouro es un centro educativo pionero por su labor en integración. Es un centro donde se puede vivir la diversidad en la medida en que conviven niños con problemas graves junto a otros con un enorme potencial. En esta escuela conviven, por ejemplo, niños con trastornos del espectro autista, con niños superdotados. La mezcla puede sonar explosiva, pero tiene resultados increíbles. 
    En este centro no se trabaja en aulas como normalmente entendemos. Tampoco existe propiamente una hora de matemáticas, o de lengua, o de naturales. Sin embargo, existe un estricto rigor científico detrás de esta manera de educar. En O Pelouro claro que se trabajan las matemáticas, pero al tiempo que se fomenta desarrollo social, relacional y emocional. Dicen los profesores del centro que la clave está en ayudar a que cada alumno desarrolle su propio yo. Para ello, es fundamental motivarles, hacer que quieran aprender. 

    Esta es una escuela que sigue un modelo psico-socio-pedagógico. ¿Quién no querría llevar a su hijo a un centro que se centra (valga la redundancia) en cada uno de los niños? Para que lograr el desarrollo integral de cada individuo es fundamental poder prestar atención a la realidad de cada uno. Esto es algo complicadísimo en la educación pública española si partimos, simplemente, de lo altas que son las ratios de alumnos por profesor. Por más que el docente sepa que cada niño es un mundo y que debe tratársele teniendo en cuenta esto, su labor se ve complicada si tiene que adentrarse en veinticinco mundos él solo.

    Algo que admiro especialmente de O Pelouro es que educa para ser humanos. Cuando un padre elige llevar a su hijo a un centro educativo en concreto, tengo la sensación de que normalmente se deja guiar por los programas de excelencia que ofrecen estos centros educativos, o por el éxito que tienen los distintos programas de educación bilingüe. Un padre todavía tiende a pensar que su hijo será mejor persona a más conocimientos adquiera. Pero esto, a mi parecer, no funciona así. Propuestas educativas como la de O Pelouro hace que un niño, al tiempo que adquiere conocimientos, aprende a relacionarse con los demás, que es algo fundamental. No olvidemos que, como decía el filósofo Rousseau, somos seres sociales por naturaleza. Tenemos que aprender a convivir con todos, con independencia de la condición de cada uno. Me parece todo un éxito que en O Pelouro se eduque a niños de distintas condiciones. En ocasiones, se tiende a mantener al margen de la sociedad a aquellos que no se considera que encajan dentro de la normalidad, ¿no tiene esta gente derecho a relacionarse con los demás y a un desarrollo íntegro de su persona?

    Como he comentado en otra entrada, estudié en el mismo centro educativo quince años. No me arrepiento de la educación que recibí y, de hecho, me siendo muy afortunada por la oportunidad que me dio mi madre al llevarme a mi colegio. Pero ojalá pueda ofrecer a mis hijos una educación como la de O Pelouro, que no se centre tanto en el elitismo que implica la excelencia académica, como en la excelencia de las personas como tal. Para mí una persona de matrícula de honor no es la que tiene un diez en todas las asignaturas, para mí una persona de matrícula de honor es la que sabe vivir de manera respetuosa en una realidad que es diversa.


(Actividad de reflexión y análisis nº. 16)

Comentarios

  1. Habiendo dejado claro que te gusta la metodología del centro, ¿Crees que es útil de cara al mundo "real" o laboral?

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    1. Creo que de cara al mundo real es útil, porque estos niños también son reales y en este centro se fomenta la interacción entre iguales. De cara al mundo laboral imagino que también, porque mientras los niños acaben adquiriendo los conocimientos necesarios para pasar de curso, la metodología no importa tanto en este sentido. Es más, esta metodología creo que ayuda de cara al ámbito laboral porque los niños son más cooperativos.

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